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Actualidad, noticias

¿Hacia dónde vamos?

Hay que dar perspectiva a esta situación. Esto es temporal: hay que saber ver la luz al final del túnel y preparar el terreno para la salida. También ahora hay oportunidades.
Todos sabíamos que no podíamos continuar con este sistema de vida. Una fuerza mayor nos ha parado y nos interpela a nivel personal y comunitario.

A nivel personal, el ritmo acelerado y la multitud de obligaciones nos podían llevar a perder el rumbo y la paz interior. El mundo iba demasiado deprisa y podíamos entrar en la misma dinámica.
Ahora una fuerza mayor nos ha frenado y es una gran oportunidad para trabajar en nosotros mismos, para resetear nuestra mente, para aprender, para evolucionar, para despertar nuestra conciencia, para crecer en la espiritualidad…
El mundo nos hace parar y volver a nuestra casa, no sólo como lugar físico, donde estemos actualmente, sino volver a nosotros mismos. No hay ningún lugar hacia donde huir. La vida nos ha centrado en nuestra propia realidad. Es un momento de autoencuentro.
Tenemos la oportunidad de limpiar nuestra mente de todo aquello que no nos permite estar despiertos.
Es una gran oportunidad para valorar lo que tenemos: la vida, la salud, la familia, la amistad, la casa, el calor del hogar…
Tenemos la oportunidad de despertar al amor, a la comprensión, al respeto hacia los demás, a la compasión, a la valentía…
Tenemos la oportunidad de entrenar la paciencia, la humildad, la esperanza, de repensar nuestro propósito en la vida, de redefinir nuestros objetivos…

A nivel comunitario, esta situación nos hace abrir los ojos una vez más a una realidad: todos estamos conectados, y todo lo que pasa en el mundo nos afecta a todos tarde o temprano.
En estos momentos, necesitamos Esperanza, pero no una esperanza de que todo vuelva a ser como antes: la vida antes y después del coronavirus no va a ser la misma.  Nos podemos mover hacia la distopía o hacia la utopía, hacia un mundo indeseable y destructivo, o hacia un mundo mejor. Son evidentes algunas características negativas causantes de la alienación humana: tenemos una gran parte egoísta, aborregada, depredadora, consumista, anestesiada, destructora, contaminante, corrupta, basada en la competencia y el ansia de poder.
Podemos reaccionar como Humanidad. Tenemos la oportunidad de dejar atrás todo lo que ha formado parte de esa vieja Humanidad, agotada, deshumanizada, desnaturalizada… y optar por una Humanidad que está ahí, la que como siempre saca su “humanidad”, su compromiso y su compasión, una Humanidad más pacífica, más justa, con más redistribución de recursos y oportunidades, más solidaria, más consciente, más espiritual, en armonía con la naturaleza…

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